Hoy en día la mayoría de las personas naturales ordinarias, o lo que se conoce como el ciudadano común, dependen de instituciones financieras para adquirir grandes activos, es decir, se aprovechan de productos financieros como hipotecas, tarjetas de crédito, préstamos a corto, mediano y largo plazo, para poder comprar bienes muebles e inmuebles que posteriormente deben cancelar por cuotas, sin embargo, cuando la situación económica de la persona es más complicada llega al punto de solicitar préstamos para cancelar otros préstamos.
No todos tenemos la habilidad administrativa para controlar nuestros gastos y estimar los ingresos y egresos mensuales, y no siempre se generan hábitos de ahorro en función de proteger nuestros intereses y salir de apuros financieros o solventar una emergencia, por ende, las personas recurren a empresas de capital privado para obtener un límite de crédito que cubra la cancelación de otras deudas por un tiempo determinado.
Estas solicitudes existen con la finalidad de traspasar la deuda a otra entidad, un ejemplo claro, es la cuota hipotecaria del banco, puede presentarse un momento en que tu capacidad económica no soporte ese gasto debido a una eventualidad momentánea, en ese sentido trasladas la deuda a otra entidad que se encarga de cancelar tu deuda, sin la presión de estar moroso con algo tan importante como la cancelación de tu hogar.
Reunificar las deudas es una solución
Un servicio que no todos conocen de las empresas que manejan capital privado es la reunificación de deudas, básicamente consiste en agrupar todas las deudas en una sola entidad, es decir, en una cuota única, por lo que es más fácil administrarte, entre sus ventajas están:
1.- Programación financiera eficiente, teniendo en cuenta que solo debes cancelar una cuota al mes, no más cuotas atrasadas por olvido.
2.- Intereses más cómodos: todas las deudas se ajustan a un solo tipo de interés hipotecario mucho más bajo que el de otros productos como las tarjetas de crédito.
3.- Salir de los ficheros de morosidad como RAI o ASNEF, permitiéndote ser parte activa del sector financiero.