Abogados Cáceres
Pocas veces lo tenemos en cuenta, pero al ocurrir un accidente de tráfico también puede resultar lesionado algún niño que se encontrara en uno de los vehículos, o en la calle al momento del mismo. Estamos al tanto de que si ocurre a un adulto, tenemos derecho a exigir una indemnización, pero lo que pocas veces preguntamos a los abogados Cáceres es qué debemos hacer cuando se trate de un niño.
Tenemos que empezar por el hecho de que, a pesar de ser un niño, también merece una indemnización por accidente de coche Madrid; ciertamente se trata de los eventos más lamentables ya que muchas veces el futuro de estos se ve truncado por las lesiones que sufren.
De igual forma, tengamos en cuenta que se trata de personas sí, pero son especialmente vulnerables, porque aún se encuentran en una fase de desarrollo físico y su resistencia no será la misma que la de un adulto. Esto es uno de los motivos que nos debe hacer tomar consciencia al momento que vayamos tras el volante.
Ahora bien, en cuanto a sus derechos, los niños poseen los mismos que cualquier otro ciudadano y, en este sentido, si ha sufrido lesiones, se aplicará el baremo para hacer los cálculos respectivos.
¿Cómo se les indemniza?
Cuando nos hablan de que son igualmente indemnizables que un adulto surgen algunas interrogantes, por ejemplo, ¿cómo indemnizar por días impeditivos si no trabajan? Pero el hecho es que todos los accidentes tienen sus consecuencias y un niño merece ser indemnizado por las lesiones y daños sufridos.
En cuanto a los días impeditivos, al igual que si se tratara de una persona adulta, se tendrán en cuenta todos los días en que este no pueda cumplir con sus actividades habituales. Ciertamente no trabaja, pero sí cumple con otras actividades como ir al colegio, jugar o practicar algún deporte.
De igual forma ocurre con las secuelas. Aunque muchas veces los niños tienen un mejor proceso de curación que los adultos, no siempre evitan sufrir secuelas por el accidente y en estos casos, cuanto menor sea el niño, mayor será la indemnización.
Este mismo criterio se aplica a las lesiones de tipo estético y las razones son evidentes. El impacto emocional de éstas sobre un niño es mucho mayor que para un adulto; sumado a ello, hemos de tener en cuenta todo el futuro por delante que este tiene y cómo pudiera verse afectado con dicha lesión.
No obstante, a veces esto no es igualmente favorable cuando se trata del daño moral, dada la brevedad con la que muchas veces suelen curarse.
Sn embargo, un factor determinante será la elección de buenos profesionales, por ello tenga cuidado de no dejar los derechos de su hijo en las manos equivocadas.